Secuencia Fotogaleria: Fernando La Rosa
Fernando La Rosa, 1978, Secuencia Fotogaleria, Lima, Peru
Photo by Billy Hare
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Orígenes de Secuencia
Muchas veces me han preguntado cómo fue posible que en un periodo relativamente corto, (1976-1980) Secuencia Foto-Galería ganara tanta importancia y generara tanto interés en el arte fotográfico en el Perú. En esta nota pretendo trazar los pasos que dieron origen a la realización de mi sueño de muchos años que fue la fundación de la Asociación Cultural Secuencia (Secuencia Foto-Galería). La historia de Secuencia se ha dicho muchas veces y por ello creo importante reconocer los eventos y las personas que guiados por un interés común por la fotografía hicieron posible la creación de Secuencia, y que ésta dejara un legado importante en nuestro país.
Entre los años 1961-1964 cuando estudiaba en la Escuela Nacional de Bellas Artes, Jesús Ruíz Duránd (diseñador gráfico y egresado de Bellas Artes) nos dio varias charlas audio-visuales de un proyecto documental sobre las deplorables condiciones arquitectónicas del histórico barrio del Rímac. Sus imágenes eran transparencias a color y en ellas mostraba las precarias condiciones de vida de sus habitantes. Estas charlas me abrieron los ojos a los diferentes modos de usar el medio fotográfico. El documental como crítica y denuncia social. En esa época no existía una escuela de fotografía ni libros sobre el tema. El aprendizaje requería ingenio. En esa época aún no tenía una cámara; al poco tiempo pude comprar una vieja Leica IIIf, probablemente hecha en los años treinta. Tiempo después, deseando usar una cámara réflex le pedí a un amigo que viajaba a Nueva York que vendiera esa antigüedad de mi propiedad y con ello me comprara una cámara. Me trajo una Nikkormat con lente 50mm f: 1.4. El pintor Ricardo Grau, profesor y ex director de la Escuela de Bellas Artes (quien más tarde sería mi suegro) era un gran aficionado a la fotografía y me prestaba cámaras de 6x6 cm.
En 1970 tuve la suerte de conocer a Mario Acha y Billy Hare cuyos intereses en el entendimiento de la cámara fotográfica y la imagen impresa coincidían con los míos. Mario estaba más centrado en la cinematografía –que estudió en Alemania–que en la fotografía. Colaboré con él en una exhibición llamada “Iniciación al Cinematógrafo”, presentada en el Museo Italiano en 1970. En ella Mario Acha construyó una serie de artefactos y a través de ellos descomponía los diversos aspectos de la óptica, la perspectiva, el tiempo, la imagen secuencial, la cámara oscura, etc. Nunca antes se había expuesto todos los elementos de la cámara fotográfica y su óptica -como en una autopsia- donde todas sus partes podían ser analizadas individualmente y ver como se interrelacionaban con el resto. Por mi parte hice un documental del proceso con imágenes en formato grande. Fue una gran experiencia.
Con Billy Hare quien había estudiado en la Escuela de Artes Visuales de la Facultad de Arquitectura nos conocimos atraídos por el interés común de lo que sería nuestra vida profesional hasta el día de hoy. En esa época no éramos amigos pero compartíamos una pasión similar por el medio fotográfico. Fotografiamos juntos y nos ayudamos en las dificultades de encontrar película y químicos, al mismo tiempo que compartíamos el cuarto oscuro. Mantuvimos una relación de intercambio generoso de la cual él aprendía, yo aprendía.
Así descubrimos que una librería alemana en Miraflores vendía una revista fotográfica editada en Suiza: “Camera”. Esta revista cuyos primeros números llegaron en idioma alemán y subsecuentemente en francés y finalmente en inglés, fue fundamental en nuestra educación. Publicaban extraordinarios ejemplos de fotógrafos contemporáneos, entrevistas y detalles técnicos sobre óptica y cámaras fotográficas, bien diseñada y lo más importante, extraordinariamente bien impresa. Fue precisamente esta revista la que me conectó con Minor White, un importante fotógrafo en USA y director del programa de fotografía en la universidad MIT. La revista publicó un portafolio de imágenes (enero 1972) que despertaron un gran interés en mí. ¡Lo contacté y él respondió mi carta! Minor White me pidió que le envié un grupo de imágenes para formarse una opinión y esto abrió un dialogo. Lo invité a que visite Perú y el 11 de agosto de 1973 lo recogí en el aeropuerto de Lima. Minor White, Billy Hare y otros viajamos a Paracas y Huaraz a fotografiar.
A fines de agosto de 1973 invitado por Minor, viajé a Boston, Massachusetts a vivir en su casa y asistir a sus clases en la universidad. Los 4 alumnos que vivimos en su casa tuvimos que realizar las tareas domésticas y ayudar en su producción artística además de participar en sus clases en MIT. Fue una época extraordinaria, llena de experiencias a todo nivel, tanto conceptual como también de tecnología fotográfica; especialmente para alguien que venía de Lima donde no había una institución pública o privada donde aprender todo eso. La generosidad de Minor White me inspiró en la misión de retornar a Lima a enseñar fotografía.
A finales de mayo de 1974, lleno de entusiasmo y energía regresé a Lima con una sola misión: Enseñar fotografía. Como no había ningún lugar donde aprender tuve que ingeniármelas. Además, la literatura que se conseguía al respecto era anticuada e inservible. Otra razón de mi misión de enseñar fue en parte resentimiento que yo tuve con varios fotógrafos locales por su reticencia en ayudar a jóvenes fotógrafos. La razón de este recelo, especulo, se debió al miedo de crear competencia. En cambio, mi idea fue que si todos aprendemos, todos ganamos. El lado técnico de la fotografía era muy difícil y complicado, había tantos elementos que debían harmonizarse para lograr una buena copia y esto era el talón de Aquiles para cualquiera que quisiera empezar en este medio.
Los primeros talleres los dicté en un local en la calle Bellavista en Miraflores. Pertenecía a una asociación cultural “Entre-Nous”. El director era un Sr. Sarria, quien amablemente dio la luz verde a mi uso del local. Entre los que asistieron recuerdo a Javier Silva Meinel y a Carlos Montenegro. Ambos tomaron el taller dos veces consecutivas. A Javier Silva ya lo conocía, éramos amigos, y él había trabajado para mí en un estudio de la calle Santa Isabel 251 en Miraflores. Hubo otros participantes cuyos nombres se me escapan de la memoria. Los talleres en este local duraron cerca de seis meses.
En diciembre de 1974 subarrendé un departamento en el Jirón Ilo 272 Departamento # 306 que lo ocupaba un gran amigo: Michel Grau. En él vivía con su familia y tenía su estudio, pero tenían otro departamento en el Jirón Ica donde se mudaron. El mantuvo su estudio y yo ocupé la mayor parte del departamento.
La cocina fue el laboratorio. Los talleres continuaron ininterrumpidamente hasta los finales de 1976 y luego siguieron en el nuevo local de Secuencia hasta 1978.
En enero-febrero de 1975 abrí una muestra individual en la Galería Fórum en Miraflores. Esta muestra tuvo mucho éxito en cuanto a la cantidad de público que atrajo y, sin lugar a dudas, esto ayudó a reclutar gente interesada en aprender fotografía. Una gran cantidad de personas interesadas en la fotografía pasaron por estos talleres; en muchos casos éstos eran, abogados, ejecutivos de empresas, cinematógrafos, estudiantes universitarios, amas de casa, grupos muy dispares pero unidos por su interés en el medio. Fue precisamente la gran cantidad de gente que pasó por estos talleres la que creó una gran presión por una continuidad en su aprendizaje. Fue allí donde tuve la idea de hacer una galería y publicar una revista para un público ya entrenado y deseoso de continuar. Tuve la suerte de tener como participantes en estos talleres a personas como Freddy Cunningham y su hermana, ambos ejecutivos y directores de STANSA, localizado en la Av. Conquistadores cuadra 11. Fue al contarles mis planes que ellos me ofrecieron un local que era parte del edificio de Stansa.
En mis talleres tuve gente importante. Dos abogados: el Dr. Enrique Norman Sparks y el Dr. Fernando de Trazegnies, ambos llegarían a ser piezas fundamentales para la creación y sostenimiento de la Asociación Cultural Secuencia Foto-Galería. Miguel Majluf, dueño de las cadenas Scala, que sería contribuyente de Secuencia. Vitali Levy -un gran aficionado a la fotografía- era un hombre de negocios quien también colaboraría con nosotros. Estaban también notables y talentosos jóvenes como Mariella Agois, Roberto Fantozzi, Mariano Zuzunaga (nunca estudió conmigo pero fue invitado a mis clases para estimular el diálogo), Javier Silva, Guillermo Thornberry, Armida Figari. En la periferia estaban otros fotógrafos: Billy Hare, Fernando Castro, Mariceci Piazza, Mariel Vidal, que no estudiaron conmigo pero gravitábamos en los mismos espacios.
Durante el proceso de habilitación de Secuencia organicé una exhibición de 10 fotógrafos titulada “Imagen x 10”. Este fue un proceso largo de continuos encuentros en el cual cada uno de los participantes presentó una idea a ser desarrollada. En mítines semanales el grupo criticaba cada una de las propuestas en la medida que ciertas imágenes se apartaban o no de la idea original. Este proceso duró más de 6 meses. La crítica incluía los aspectos técnicos del copiado y su presentación. Es más, se requería que los participantes cortaran los paspartús y el montaje al seco para ceñirse a los estándares de archivo.
El local fue la Galería del Banco Continental bajo la dirección del Dr. Alfonso Castrillón V.(1973-1979), quien escribió el ensayo de presentación en el catálogo. Los 10 fotógrafos eran Mariella Agois, Armida Figari, Roberto Fantozzi, Billy Hare, Fernando La Rosa, Carlos Montenegro, Enrique Norman, Javier Silva, Guillermo Thornberry y Mariano Zuzunaga. La inauguración fue en abril de 1976.
La exhibición tuvo un gran éxito. Vino mucha gente a verla y ayudó enormemente a los esfuerzos de reunir fondos para poder pagar los costos de construcción de la Galería que, como siempre, tomó más tiempo y costó más de lo anticipado. A fines de 1976, mudé mi estudio al local de la galería Av. Conquistadores 1130, San Isidro, donde los talleres continuaron hasta la apertura de la galería.
Con la ayuda del Dr. Norman se estableció la institución sin fines de lucro: Secuencia Foto-Galería. Fernando La Rosa A. Presidente, Guillermo (Billy) Hare C. Vicepresidente, Javier Silva M. Tesorero.
La tarea de la enseñanza continuó en mi estudio localizado contiguo a la galería, hasta fines de 1978. Durante este periodo más de 350 personas tomaron clases en mis talleres. Esto creó un público interesado y apasionado por la fotografía. En ese tiempo mi ocupación primordial era no sólo enseñar sino también reunir los fondos necesarios de auspiciadores. Fue gracias al Dr. Enrique Norman y el Dr. Fernando de Traziegnes, quienes facilitaron la misión al ponerme en contacto con industriales, que se pudo lograr. (Ver lista)
La galería abrió sus puertas en julio de 1977 con la exhibición del maestro norteamericano Aaron Siskind. Esto no fue tan simple como suena. Originalmente lo contacté por teléfono (en esa época era casi imposible para nosotros poder pagar la cuenta de una llamada a USA). Esto fue posible gracias a que pudimos usar el teléfono de la casa de los padres de Mariella Agois. Pude invitarlo a Lima y abrir la galería con su trabajo. Aaron, de acuerdo con la idea, me remitió a su galería: Light Gallery en New York City. Ellos requerían un seguro de más de US$5,000.00 antes de enviar el trabajo. Cosa imposible para nosotros en esa época. Después de largas negociaciones pudimos solucionar el problema del seguro y el trabajo llegó a Secuencia. Inauguramos en la fecha prevista. Aaron Siskind llegó a Lima el 11 de julio y lo alojé en mi departamento del Olivar de San Isidro.
(Como nota singular. La noche de la apertura de la exhibición de Aaron Siskind la galería vendió 16 imágenes a US$500.00 cada una. Fue algo espectacular e increíble dadas las condiciones de la economía nacional).
Mi sueño de publicar una revista de fotografía nunca llegó a suceder; en cambio esto se realizó marginalmente a través de Secuencia textos, cuyo primer número fue impreso en mimeógrafo para la apertura de la muestra de Aaron Siskind con la ayuda de Billy Hare y Mario Montalbetti.
No sólo fue mi labor de enseñanza que creó un terreno fértil que sirvió como base de Secuencia, sino también las personas que participaron en aquellas clases cuya energía y entusiasmo hicieron posible la creación de Secuencia.
Fernando La Rosa
Marzo de 2016
ENGLISH VERSION
Origins of Secuencia
Many times I have been asked how it is possible that in a relatively few years, (1976-1980) Secuencia Foto-Galería was able to generate so much enthusiasm for the photographic arts in Peru. In fact, the foundation for what lead to my dream of creating the Cultural Association Secuencia (Secuencia Foto-Galeria) began several years earlier. The story of Secuencia has been told countless times, but I feel it is important to recognize the events prior, and the people that gravitated together through a common interest in photography to make Secuencia possible, and to activate a powerful legacy in our country.
Between 1961-1964, while I was a student at the Escuela Nacional de Bellas Artes in Lima, Jesús Ruiz Durand (graphic designer and graduate of the school) gave a few lectures on his photographic project documenting the dilapidated Rímac area of historic downtown Lima. He was using color slides and his images showed the living conditions of the inhabitants of Rimac. His presentations opened my eyes to the different modes in which to use the medium – social, denouncing and critical. There were no photography classes at the Escuela Nacional de Bellas Artes, so my search for learning opportunities required more ingenuity. At this time, I didn’t even own a camera. Later I was able to buy an old Leica f III, probably made in the 1930’s. Subsequently, I wanted a more modern camera and as a friend of mine was travelling to New York, I asked that he sell an antiquity that I owned, and with the funds purchase a camera for me. This he did, and my first new camera was a Nikkormat with a 50mm Nikkor f:1.4 lens. The Peruvian painter, Ricardo Grau (who had been Director of the Escuela Nacional de Bellas Artes, and later my father-in-law), was a photography aficionado, and generously lent me his medium format cameras, from time to time.
In the early 1970’s, I had the good fortune to associate with artists Mario Acha and Billy Hare, kindred spirits in search of an understanding of the camera and the resulting image. Mario Acha had studied in Germany and his interest was primarily concentrated on cinematography more than with photography. We collaborated on the exhibition “Iniciación al cinematógrafo” at the Museo de Arte Italiano in Lima in June 1970. Mario constructed a series of artifacts and through them deconstructed the diverse aspects of optics – perspective, time, the sequential image, the camera obscura. Never before had there been an exhibition of the photographic camera and its optics – like an autopsy – where all of its parts could be analyzed individually and seen in their interrelationships with the rest. For my part in the exhibition, I made a documentation of the process demonstrated through large format photographs. It was a grand experience.
Billy Hare, who had studied at the Escuela de Artes Visuales Facultad de Arquitectura in Lima, was, like me, in an infancy with conquering the obstacles of forming a career as a photographer in Lima. At this time, we were not yet friends but we shared our passion for photography, photographing together, overcoming the difficulty of finding equipment, film & chemicals in Lima, of accessing a darkroom, and all the while, maintaining a free and generous exchange of what we each were learning.
Happily, in Lima, we discovered in a German bookstore, the imported Swiss magazine, “Camera”. The first issues of this magazine were in German and then in French and finally in English. This magazine proved to be fundamental in our education. It was full of examples of the work of contemporary photographers and most importantly, it was well designed and very well printed. It was precisely this magazine that connected me to Minor White, a photographer very important in the US, and Director of the photography program at MIT. “Camera” published a portfolio of his images (January 1972), generating a passion in me, and subsequently I wrote him asking for advice and he answered my letter! He requested that I send him a group of my photographs for his review, and with this, we started a dialogue. I invited him to visit Perú and on August 11 1973, I picked him up at the airport in Lima. Minor, Billy Hare, and I, plus others travelled to Paracas, and to Huaráz to photograph.
Toward the end of August of 1973, at Minor’s invitation, I traveled to Boston, Massachusetts to live and study with him. During my studies in Boston, I was one of a group of young male students living in his home, assisting with household chores, helping with his art production, and attending his classes at the university. It was an extraordinary experience, of all levels, very conceptual but also a very technical study of photography, especially for someone who came from Lima where there was no public or private institution where one could study photography. Minor White’s generosity impacted me, forming a driving mission to return to Lima and to teach photography.
In 1974 I returned to Lima, full of enthusiasm to start offering photography classes. And as no institution or individual in Lima was doing this, I had to venture out on my own. Additionally, the instructional literature that we could access was antiquated and worthless. Another compelling reason for my determination to teach was the resentment that I had, that various photographers in Lima were not willing to share their knowledge with young, aspiring photographers (probably a fear of competition). My idea was that when everyone learns, everyone wins. The technical side of photography is very complicated. There are many elements that must work in harmony with each other to result in a good print and there is an Achilles talon for whatever you want to make with this medium.
The first classes that I offered were in a location in Miraflores on Bellavista Street. The location belonged to the cultural association “Entre Nous”. A Mr. Sarria, interim director, gave me the green light to use the location for my photography classes. Among those who attended my classes at this location were Javier Silva Meinel and Carlos Montenegro. Both took classes twice, consecutively. I knew Javier previously and we were already friends. He had worked for me in my photo studio in Miraflores at 251 Santa Isabel Street. There were other students who took classes at the Bellavista location, but their names escape me. The classes at this location lasted for 6 months.
In December of 1974, I sublet an apartment at 272 Jirón Ilo, number 306. The apartment was one of two at that location which were rented by Michel Grau (a painter, my brother-in-law & son of Peruvian painter Ricardo Grau). Michel allowed me to take over the lease of one apartment for my photo studio & classes while he lived with his family in the other apartment. I agreed to allow him to maintain a painting studio in a room of the apartment of my studio. My school took over the majority of the apartment, and the kitchen was converted into a photo darkroom. The classes continued uninterrupted at this location until late 1976 and later continued at the new Secuencia location until 1978.
In January/February 1975, I opened a solo exhibition at Galería Forum in Lima. This exhibition was a big hit in terms of the number of visitors and without a doubt, this helped recruit people interested in studying photography. A lot of people came to take classes, representing a strong diversity - lawyers, business executives, filmmakers, university students, housewives - united in their interest in photography. It was this large number of people taking classes that put a pressure on a continuation of their more advanced learning. It was here that I had the idea for the creation of a photography gallery and a magazine of interest to those trained in photography and desiring to learn more. I had the luck of having as students, Freddy Cunningham and his sister, both executives and directors of Stanza, a business located in San Isidro, Lima, in the 11th block of Conquistadors. It was during a conversation with them that I was sharing my plans, and fortuitously, they offered me the rental of a space in their Stanza building. Also in my classes there were two very important people, Enrique Norman Sparks and Fernando de Trazegnies, both lawyers who became fundamentally important in my creation of and the sustaining of Asociación Cultural Secuencia Foto-Galería. Miguel Maluf, owner of the Scala chain of stores was later a contributor to Secuencia. Vitali Levy, head of Diners Club, was also a notable student, along with many very talented young students such as Mariella Agois, Roberto Fantozzi, Mariano Zuzunaga (he never studied with me, but he was invited to my classes to contribute to our critical dialogue), Javier Silva Meinel, Guillermo Thornberry, Mari Cesi Piazza, and Armida Testino de Figari. On the periphery, not taking classes, but otherwise involved were photographers Billy Hare, Fernando Castro, and Mariel Vidal. During the process of forming Secuencia, I organized an exhibition of 10 photographers titled, “Imagen X 10”. This was a process, requiring much time and coordination, with the participants presenting their ideas for their own work and how it might connect to the concept for the group exhibition. There were many proposals and group critiques discussing the strength of individual images within individual portfolios. The process took 6 months. The critique included the technical aspects of good printing and professional presentation. It was required that the participants mat and dry mount their photos to conform to professional standards of presentation.
The show was held in a gallery space at the Banco Continental in Lima in April 1976, under the direction of Dr. Alfonso Castrillón V.(1973-1979), who authored the essay in the exhibition catalogue. The 10 exhibiting photographers were Mariella Agois, Roberto Fantozzi, Billy Hare, Fernando La Rosa, Carlos Montenegro, Enrique Norman, Javier Silva Meinel, Guillermo Thornberry, Mariano Zuzunaga, and Armida Testino de Figari. The opening was in April 1976.
The exhibition was a big success, with many people coming to see the show and who later were enormously helpful in generating funds for covering the costs of construction of the gallery space at Secuencia. The expense was much more than I had anticipated it would be. At the end of 1976, Secuencia opened at 1130 Conquistadores in San Isidro in Lima, first with classes, and several months later, in 1977, the gallery space became active.
A requirement of the non-profit was to have an administrative structure, and with the pro-bono legal advice of Enrique Norman Sparks, we established the association with the name Secuencia Foto-Galería, with Fernando La Rosa as President, Guillermo (Billy) Hare C., as Vice President, and Javier Silva Meinel as Treasurer.
At the rear of the Secuencia space was my studio where I taught until 1978, during which time more than 350 people took classes under my instruction. This created a public passionate about photography. During this time, my primary employment was teaching photography, and also fundraising for the Association. Thankfully, Enrique Norman and Fernando Traziegnies facilitated contacts with industries willing to offer financial support.
The gallery space opened in July 1977 with an exhibition of Aaron Siskind, who already had a strong reputation as a photographer from the US. This was no easy dream, for to even initiate the invitation to Siskind was fraught with challenges. Even long distance, international phone calls were prohibitively expensive for us, but thanks to the parents of Mariella Agois, I was able to invite Siskind by phone. Aaron agreed with the idea but asked us to contact directly Light Gallery, his New York gallery. They required a security deposit in excess of $5,000.00 US dollars before sending the photographs. This amount was an impossibility for us at this time in Perú. After many negotiations, we arrived at a solution to the problem of insurance and the inauguration of Secuencia with the work of Siskind occurred. Aaron Siskind arrived in Lima around July 11th and I hosted him in my apartment located in the Olivar of San Isidro.
(Amazingly, the night of the opening, the gallery sold 16 of Siskind’s images at $500.00 each. In light of the economic conditions in Peru at the time, this was spectacular & encouraging).
My dream of publishing a photo magazine never reached fruition, rather it was marginally realized through “Textos”, a newsletter or sorts, the first of which was printed for Siskind’s exhibition, with the editorial help of Billy Hare and Mario Montalbetti.
It was not only the teaching that I offered that made the fertile ground and that served as the basis for Secuencia, but it was also the students that participated in those classes whose energy and enthusiasm made it possible for me to realize a dream.
Fernando La Rosa
March, 2016